La historia que circula por Internet desde hace días según la cual dos científicos habrían descubierto recientemente que escapes submarinos de metano serían la causa de las desapariciones de barcos en el triángulo de las Bermudas es una demostración más de falta de rigor periodístico. Cabe la posibilidad de que algunos siniestros tengan su origen en escapes masivos de gas metano, pero no hay que olvidar que la mayoría de los casos que sustentan el misterio tiene una explicación bastante más prosaica. "Es un camelo", decía Cousteau.
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