Hace un par de años, toda ciudad que se preciase tenía un proyecto más o menos ambicioso de establecer una red WiFi abierta y para todos. Mientras algunas capitales lo han logrado (aunque sea parcialmente), otras muchas no. Tal es el caso de San Francisco, cuyo ambicioso proyecto acaba de morir. Los planes del alcalde de la ciudad, Gavin Newsom, se han visto truncados porque el proveedor de Red contratado, Earthlink, se encuentra en plena restructuración y no ve económicamente viable la iniciativa, a la que concurría con Google.
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