Eslovaquia: el primer ejemplo

Circula una tabla por ahí, atribuida a Pieter Thiel, aunque seguramente es apócrifa (o no) que dice cuánto cuesta hoy en día comprar un país entero, inivirtiendo en sus medios de comunicación. Se trata de un eufemismo para decir sobornos, por supuesto, pero creo que recordar que podías comprar España por unos doscientos cincuenta, trescientos millones de Euros.

Para construir la tabla se miran variables tan sinceras como lo caninos que estában los medios de comunicación, lo que haría o no un medio digital por tres millones de Euros al contado, y lo fácil o difícil que es la población para venderle mierdas ideológicas en lata. Receptiva, dicen.

La gran prueba fue el viejo affaire de de Cambridge Annalytics. El que no sepa lo que es, que lo busque, que no tengo tiempo ahora de explicarlo. Gracias.

Ha habido más, pero hoy tenemos delante de las narices un caso flagrante: las elecciones de Eslovaquia. Un país de 5 millones de habitantes, miembro de la zona Euro y con poder de veto en la Unión Europea. ¿Os dais cuenta de qué clase de golosina hablamos? ¿Qué dirá esa tabla sobre el precio de comprar la opinión pública eslovaca? ¿Treinta o cuarenta milllones? Tiro por lo alto.

Treinta o cuarenta millones es lo que cuestan cinco tanques en el frente de Ucrania, y por ese mismo precio puedes comprar el veto a la ayuda europea a Ucrania. Treinta o cuarenta millones menos de los que cuesta un solo día de guerra. ¿cómo se va a resistir el Kremlin, o quien sea, a un regalo así?

Por supuesto que la victoria del partido prorruso ha estado mediatizada e influida por la zona gris rusa. No se puede pensar otra cosa.

Pero lo grave es darse cuenta, una vez más, que la democracia e internet son conceptos casi incompatibles. Porque la democracia necesita, ante todo, el respaldo de las mayorías, y las mayorías son fácilmente influenciables por unos medios que pasan hambre. ¿No os sentiríais preocupados sin los policías ganasen el salario mínimo? ¿No iríais medio acojonados por la calle? Yo sí.

Pues eso pasa con la prensa. Cuando los medios de comunicación están en la ruina, la mentira se vuelve barata. Echadle imaginación: un digital cualquiera. Uno con muchas visitas. Me da igual de cual hablemos. Oye, tú, ¿cuántas visitas necesitas para ganar un millón de Euros? ¿Cuántos suscriptores? Ah, que me dices que cien millones de visitas o cien mil suscriptores. Bien, hombre... Yo te doy ese millón, al contado, y en un maletín, si en el próximo mes hablas bien de Fulano y pones a parir a sus contrarios. Es más: te doy medio millón ahora. ¿Cómo lo ves? Y otro medio si ese Fulano gana las elecciones.

Imaginad esa operación repetida diez o doce veces, por todo el país. Por un país miembro del Euro y con poder de veto en la UE. Imaginadlo en Eslovaquia.

¿Para qué voy a negociar nada con los gobiernos?

La parte débil de las democracia es el pueblo. La parte débil del pueblo es la comunicación.

No hace falta ser muy listo para ver las consecuencias.