Carlos Sánchez Sanz, periodista e investigador de la historia económica y escritor del libro 'Capitalismo de amiguetes': "España tiene un atraso histórico por nuestra mala calidad institucional". Entrevista LaNoche en 24h RTVE. (a partir del 0:15:25
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1. El momento histórico. España ya es un imperio en descomposición a inicios del XIX, lo que significa que carece de los recursos que Francia o UK, en pleno auge, tienen.
2. La estructura de la propiedad. Gran parte del territorio español es conquistado en el medievo a las taifas musulmanas, lo que acaba derivando en grandes latifundios. La industria no se desarrolla con tanta fuerza en UK por casualidad: es consecuencia directa de la imposibilidad de disponer de grandes latifundios lo que impulsa a la propia nobleza a buscar métodos más productivos en menos espacios, y por eso invierten en la industria. Francia, como Cataluña y el norte español, o Alemania (territorio muy fragmentado hasta finales del XIX), tienen estructuras de origen muy antiguo dónde impera la pequeña y mediana propiedad.
La pequeña y mediana propiedad permiten un mayor reparto de la riqueza, lo que significa que hay más gente capaz de ahorrar suficiente dinero como para invertir en compañías que a la larga generen suficiente capital para desarrollar la industria, pero a la vez, implica que hay más gente con capacidad de comprar el producto de esa industria.
No es exclusivo de Cataluña, aunque creo que en España sí son las zonas de Cataluña, Comunidad Valenciana y Baleares las únicas en las que se da algo parecido, pero lo expongo como un ejemplo de la importancia de la estructura de propiedad y las leyes de herencia: en el caso catalán, por ejemplo, las leyes de herencia eran distintas a las de otros lugares de España: la tierra era indivisible y la heredaba únicamente uno (el hereu), que debía garantizar trabajo y casa a sus hermanos o la legítima. Esto permitía la formación de compañías: la legítima era dinero metálico que podían invertir en industria que transformase la producción familiar en otro producto (una destilería por ejemplo), o en empresas comerciales (comprar un barco y exportar), etc.
Cuando la herencia fragmenta la tierra, las propiedades se fragmentan tanto que al final solo vale la pena venderlas, lo que acaba desembocando, en la mayoría de los casos, en latifundios también.
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Ni a los borbones.
Ni a la iglesia, ni a los usureros, ni a ...
Ahora tenemos una gran ventaja con las renovables.
La propiedad de la tierra y la propiedad de la energía no se incentiva. Un pueblo independiente y fortalecido hace grandes naciones.