La entrega a domicilio de las compras efectuadas en Internet supone una enorme fuente de gases de efecto invernadero, en especial cuando las entregas no pueden realizarse y es necesario repetir el trayecto. Los investigadores estudian estas entregas para ver si hay una forma mejor de hacer las cosas, con ideas como robots mensajeros, taquillas comunes para paquetería y un “Uber” para paquetes.
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Al edificio donde tengo la oficina viene cada día el de Amazon, sea a la mía o a las otras 20 que hay. Y en el mismo trozo de calle hay 4 o 5 edificios más. El ahorro en CO2 de que cada uno de nosotros vaya al centro comercial a comprar unos auriculares, unas alitas de hada (mi ultima compra para la peque) o un paquete de 500 condones de grafeno (eso los fuckers de la oficina de arriba) es tremebundo. A domicilio tiene quizá menos sentido, pero vaya.
Pidiendo todo por Amazon, trayendolo desde su almacén, pueden enviarme varios productos desde el mismo sitio en un sólo viaje.
Si fuera a comprarlos en coche me haría varios viajes yo sólo en un coche diesel.
Eso sí, lo suyo es hacer uuna orden con varios productos y elegir la misma fecha de entrega para todos.
Además, salvo cosas muy puntuales no sé qué problema habría en que los pedidos tardasen unos días más en llegar.