Pese a que la Iglesia renunció en el 2006 en un nuevo acuerdo con el gobierno español a la exención del IVA, a cambio de una jugosa contrapartida por la que recibirá este año a modo de anticipo más de 12 millones de euros mensuales de las arcas públicas, siguen gozando de otros privilegios fiscales como el "Impuesto sobre Construcciones, Instalaciones y Obras" que es objeto de denuncia por parte de los eurodiputados de Izquierda Unida, Willy Meyer, y del italiano Partido Radical, Marco Cappato.
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El Vaticano denuncia la evasión fiscal pero pide impuestos justos
Replica a Prodi, quien se queja de que los curas no hablen del fraude.
21/08/2007 ROSSEND DOMÈNECH
Los impuestos se pagan, pero deben ser "justos". Con estas palabras de su secretario de Estado, cardenal Tarcisio Bertone, el Vaticano ha tendido una mano a Romano Prodi, que en días pasados se había declarado sorprendido de que, en el país con la evasión fiscal más alta de la Unión Europea, el tema no saliera nunca en los sermones de los curas.
Bertone irrumpió así en un debate que dos días antes se había salido de madre, cuando la ultraderechista Liga Norte llamó a una "huelga fiscal" nacional contra el Gobierno. Los mismos aliados de Umberto Bossi se le echaron encima, aduciendo que su iniciativa atentaba "contra la democracia". Pero otros interpretaron las declaraciones del cardenal como un apoyo a la iniciativa rebelde.
Bertone participó el domingo por la noche en el simposio anual del movimiento Comunión y Liberación. A la salida, los informadores le preguntaron qué pensaba del lamento de Prodi, publicado a finales de julio en la revista Familia Cristiana. "Todos, naturalmente, tienen que pagar los impuestos, todos debemos cumplir con nuestro deber", respondió el cardenal.
El eclesiástico, sin embargo, añadió que "el deber" consiste también en "destinar los ingresos de los impuestos a obras justas y a la ayuda a los más pobres". Después de citar un salmo, el cardenal puntualizó que "el político debe prestar atención a los más débiles para que no se cumpla ninguna injusticia en la distribución de los recursos del Estado".
"Un tercio de los italianos evade, es inadmisible", había dicho Prodi en la entrevista que Familia Cristiana le hizo. "Para cambiar la mentalidad es necesario que todos cumplan, incluida la Iglesia", apuntó. En el trasfondo está la exención del impuesto sobre los inmuebles a la Iglesia, introducida por el anterior Gobierno conservador, matizada por el Supremo, corregida por el Constitucional y ahora a la espera de un expediente por infracción incoado por la CE. Son 400 millones de euros que el Estado no recibe por inmuebles dedicados a "actividades no exclusivamente comerciales".
Que cachondos... Todos tienen que pagar sus impuestos... menos ellos, por supuesto.
2. Nadie podrá ser obligado a declarar sobre su ideología, religión o creencias.
3. Ninguna confesión tendrá carácter estatal. Los poderes públicos tendrán en cuenta las creencias religiosas de la sociedad española y mantendrán las consiguientes relaciones de cooperación con la Iglesia Católica y las demás confesiones.
La coperación implica también coperación monetaria tal y como queda reflejado en los Acuerdos con las distintas entidades religiosas con las que se han firmado (Iglesia Católica en 1973 y con las confesiones musulmanas, judía y evangélica en 1992)
Yo filosóficamente hablando soy partidario del pluralismo moral. A mi la iglesía no me mantiene en pie, solo sois unos cuantos, bueno y a ateo (no lo he visto aquí, que raro), que se lanza a predicaros.
La iglesia puede que fuera el soporte desde el 400 al 1400 desde entonces ha sido un peso muerto acumulador de prebendas, enemigo del cambio, intolerante y retrogado y su obra social con fondos públicos sería igual de eficaz llevada a cabo sin la iglesia.
PD: ¿Intercambiamos negativos?
Es más, una relación de cooperación puede ser muchas cosas. Por ejemplo, que el estado coopere con la Iglesia en la conservación del patrimonio, a base de colaborar en la conservación de las catedrales (algo que muchos ateos aprobamos).
En esto te pareces al Pedro Farré, que dijo que quitar el canon sería inconstitucional.
La Santa Iglesia ¿qué quiere? ¿las arras de sus "justitos" impuestos o las palabras de Dios?