J. P. Quiñonero vuelve a dar un albadonazo a nuestras dormidas conciencias (en cuanto a exigencia a los gestores políticos): "---Los Estados y grandes empresas europeas están muy a la zaga, ante el frenético dinamismo norteamericano. Pero Alemania, Inglaterra y Francia hacen esfuerzos empresariales y estatales, invisibles en España.
---Entre los sectores estratégicos, informática, software y hardware, aeronáutica, química, farmacia, etc., sorprende la "inexistencia" española, cuando "pequeños" países como Holanda, Suiza o Finlandia consiguen destacar de manera bien visible." El PDF
www.innovation.gov.uk/rd_scoreboard/downloads/RD_Analysis_20051 - FINA
A eso suelo me refiero cuando digo que Cataluña está perdiendo el tren, además de España. Cuando la construcción deje de ser el motor, saldrán a la luz todas las miserias de nuestra economí.
Y lo de Catalunya me duele, ya que ha dejado de liderar la innovación en España. Antes los vientos europeos entraban desde Cataluña, ahora ya no. Madrid y Valencia son las delanteras, esa es la cruda realidad.
Esa es la herencia (en la parte que le toca) que nos dejó el ínclito Jordi Pujol y su acólito Artur Mas. Y el Tripartito sigue en la misma senda, cometiendo los mismos errores estratégicos, apostando por la subvención de los sectores sin futuro (textil sin ir más lejos).
Nombran a Oriol Ferran y ¿resultados? Na de ná, como en el ministerio de Montilla.
Tanto da el color político, antes y ahora, nuestros gestores políticos son un desastre en las nuevas tecnologías, que son las del futuro, ya que las otras actividades cada vez serán menos competitivas frente a un mundo de mercados globalizados. Muchos no quieren verlo.
Lo triste, lo verdaderamente lamentable, son las pérdidas de energías y tiempo en discutir qué somos (mirarse en el ombligo), mientras nos vamos descolgando, poco a poco, pero descolgando.
Que no, la culpa no es siempre de esos "satánicos" nacionalistas españoles que rigen en Madrid. Tanto victimismo impide analizar justamente la realidad que nos rodea. Y así seguimos, país.