Después de un año en el que Rusia continuó siendo criticada por la anexión de Crimea y la incautación de este de Ucrania por los pro-rusos, el país sigue siendo un paria para la mayor parte de Europa. Ahora, en medio de los temores de la cantante rusa de Eurovisión Polina Gagarina se llevan el peso de la mala voluntad, los organizadores del concurso han instalado tecnología drástica 'anti-abucheos' para la final en Viena.
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¿Anexión? que finos...
De todas formas no veo bien que se abuchee a la pobre chica, y menos que lo haga ese público hortera que es el de eurovisión.
Saludos