Una profesora ha encontrado un método eficaz que previene el acoso y ayuda a los profesores a detectarlo a tiempo. Cada viernes, la profesora extiende una hoja en blanco a sus alumnos. No se trata de ningún examen sorpresa. Sólo tienen que responder a dos preguntas muy sencillas. En cuanto se van los alumnos, la profesora se planta frente la pizarra y va analizando los resultados. Un esquema que deja bien claro el organigrama de relaciones entre sus alumnos, como si se tratara de una radiografía de la clase.
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etiquetas: bullying , educación , compañerismo , alumnos
No tienen por que odiarlos, pero si simplemente no querer repetir los mismos procesos que saben se producirán irremediablemente antes o después. La gente no cambia simplemente por pensarlo y mas después de años en muchos casos.
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Y como siempre, el buenismo ataca de nuevo. Asambleas, empatía, actividades... Es decir, todo excepto encarar el problema de una vez. El acosado es el que se encuentra en una situación difícil y el acosado es el que tendrá que empezar a solucionarlo.
La única manera de arreglarlo o como mínimo corregirlo es hacerse respetar plantando cara. Que la próxima vez que se metan con él, en vez de agachar la mirada y largarse tire su mochila al suelo, mire cara a cara al acosador, se cague en él o en su puta madre y si hay que llegar a las manos, se llega, que no pasa nada. Y por supuesto con compañeros delante para que se corra la voz.
Unos pocos segundos echándole un par de huevos en vez de huir son mucho más efectivos que terapias super chupi buenistas de tres al cuarto que no hacen más que hundir al acosado aún más en la miseria. Porque cuando sufres bullying, en la práctica nadie te puede sacar del pozo, ni tus compañeros ni tus profesores ni los padres ni nadie.
Cuando tu reputación ya está por los suelos sólo te puedes salvar tú mismo. O empiezas a reaccionar tú o nadie lo hará por ti. Las soluciones buenistas que proponen sólo sirven para instalar al acosado en una burbuja de hiperprotección casi imposible de montar y mucho menos de mantener. No hablamos de personas adultas sino de críos y estos a nivel social funcionan en modo "full-nature" a tope, sin filtros de comportamiento de ninguna clase.
Cuando el acosado planta cara y se enfrenta a sus acosadores, entonces es posible que los demás empiecen a valorarlo y respetarlo y que por tanto puedan echarle un cable y defenderle también. Pero nunca al revés.
2.- El verdadero malote se limpia el culo con el folio.
Y tienes razón en lo que dices de que no hay nada más efectivo que hacerte respetar y te tengan un poco de miedo, pero sigo sien entender porqué una persona tranquila tiene que acabar haciendo eso.
Repite esto 20 veces. Entonces el director decide abrir expediente y lo lleva al consejo escolar que lo aprueba sin mirarlo. El inspector te dice que hay que intentar no expulsar a los chavales y resolverlo con diálogo...
Y después de todo esto tienes a un montón de chavales acojonados por el chaval/es de turno mientras seguimos rellenando papelitos.
Porque la vida es una lucha. No digo que haya que estar todo el día a torta limpia pero a veces hay que plantar cara y defenderse. Y si no queda otra que llegar a las manos, se llega. Una pena? Sí, pero esto no es una Arcadia feliz y aunque los padres tengan su parte de culpa, estadísticamente es imposible que en una clase no haya mínimo dos o tres gamberros.
El grave problema de fondo es que la educación está muy feminizada, hay muchas más profesoras que profesores sobre todo en los niveles donde los alumnos son más jóvenes. Como las mujeres viven en una constante burbuja de protección social y trato preferente, creen que es viable aplicar otra burbuja de protección a los críos que sufren acoso y eso es un error garrafal.
Si son niños porque eso no funcionará ni de críos ni de adultos y si son niñas porque no funcionará hasta que no lleguen a la edad de interés sexual y empiecen a recibir trato preferente de los tíos. Y eso si no son demasiado feas, en caso contrario la cosa se puede poner aún peor con la entrada en la adolescencia.
Si no es que se meten con él en el colegio, será otra cosa pero tarde o temprano las personas tenemos que afrontar los problemas, no esperar a que nos pongan una burbujita de protección que nos libre de todo lo malo.
Una persona puede ser tranquila y no agresiva por defecto. Perfecto, no pasa nada. Pero eso no quiere decir que deba quedarse callada mientras le insultan o le acosan. Hay que aprender a reaccionar.
Otra cosa es que ningún docente, profesor, director de colegio se vaya a atrever a soltar esto en público. TODOS saben que es lo único que funciona pero no lo van a decir porque las asociaciones de padres y la mal llamada opinión pública se les echarían al cuello y sería un escándalo. De hecho se incita al acosado a no hacer nada porque claro, no es culpa suya si le acosan con lo que se atasca aún más el problema.
El buenismo es lo que tiene.