El descubrimiento de América revolucionó, entre muchas otras materias, también el panorama naval español. Era necesario comunicar formalmente la metrópoli con los nuevos territorios descubiertos. Por ello, las flotas de Indias fueron el mecanismo de funcionamiento de nuestro monopolio comercial en América y constituyeron la esencia de la denominada “carrera de Indias”.
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Los tesoros que encierran estos navíos, y sobre todo los ornamentos y vestiduras consagradas a los dioses, no se parecen a los que el mismo Cortés había enviado antes y que admirasteis en Valladolid. Los tripulantes de uno de estos navíos afirman que son muy superiores en valor material y artístico. Los dos otros navíos, retenidos por miedo a los piratas franceses, se detuvieron también en el archipiélago [de las Azores]. Se estima que su valor es de ochocientos mil ducados. Permanecerán en las Azores hasta que sean escoltados por una flota. La flota se está armando en Sevilla y ha recibido orden de partir. La experiencia nos ha enseñado que hay que tomar precauciones para no vernos cegados por la Fortuna. El año precedente, un pirata francés, un cierto Florin, capturó un navío que volvía de la Española cargado con ochenta mil ducados de oro y seiscientas libras de perlas.
También cuenta el suceso Bernal Díaz del Castillo:
dende allí adelante siempre le enviaba [a Alonso de Ávila] a negocios de importancia, como fue a la isla de Santo Domingo, y después a España cuando enviamos la recámara y tesoro del gran Montezuma, que robó Juan Florín, gran cosario francés; lo cual diré en su tiempo y lugar
Al cabo de unos años, Jean Fleury fue capturado y ejecutado:
de aquel viaje que volvió, ya que llevaba otra gran presa de todas ropas entre Castilla y las islas de Canaria, dio con tres o cuatro navíos recios y de armada, vizcaínos, y los unos por una parte y los otros por otra embisten con el Juan Florín, y le rompen y desbaratan, y préndenle a él y a otros muchos franceses, y les tomaron sus navíos y ropa, y a Juan Florín y a otros capitanes llevaron presos a Sevilla a la Casa de la Contratación, y los enviaron presos a Su Majestad; y después que lo supo, mandó que en el camino hiciesen justicia dellos, y en el puerto del Pico los ahorcaron; y en esto paró nuestro oro y capitanes que lo llevaban, y el Juan Florín que lo robó.
Relación de los navíos de armada de franceses que andan corriendo por la Nueva España hasta el Andaluzía, de que es capitán Juan Florín Lediepa*
Primeramente una nao grande de CII toneles en la qual eran CII onbres, de guerra la mytad y la otra mytad son marineros. Trae con él XX piezas de artillería de metal y otra. Demás desas trae de hierro con munición e vituallas en gran cantidad.
Un navío que fue fecho en Vizcaya, que le tomaron los franceses, de CI toneles.
Otro navío de CI toneles que fue fecho en Bretaña.
Cinco galleones, y el mayor es de LXX toneles, y otro de LX, y otro de L, y otro de XL que fue fecho en Vizcaya, otro de XL toneles, los quales asimismo son probeýdos de CC onbres de guerra, los quales son dichos soldados franceses que estaban en Fuenterravía. Y más tiene todo adereço de marineros, y artillería, y munyción, y vituallas para un año. Y dízese que esta armada va derecho al Andaluzía para correr aquella costa y tomar lo que viene de las Yndias. Y su armada dízese que se haze para yr a tomar lo que viniese de dichas Yndias. Pareze ser la mysma armada que tomó el año pasado los CXX mil ducados que venían.
Por eso es necesario que Su Magestad haga alguna armada en el Andaluzía que vaya al encuentro desta de Françia para que les resistan y que no hagan daño.
*Lediepa no es un apellido, es una mala transliteración de "le dieppois", o sea "el diepés" o natural de Dieppe.
Buenísimo aporte. Un día tenemos que charlar largo y tendido de Historia.
La carta más llamativa la leí hace años en el Archivo de los Duques de Medina Sidonia. Era una carta de 1642 del rey de Polonia al duque de Arcos, por entonces virrey de Nápoles, pidiéndole ayuda militar para la guerra contra Rusia.
Dejando de lado las barbaridades que ocurrieron y lo terrible de la presencia eclesiástica en la vida diaria, es una época en la que cualquier explorador querría haber vivido.
Una cosa que creo que podría puntualizarse es que más que una flota española se podría decir que era, al menos en sus comienzos, una empresa castellana.
De Amberes tenemos aviso por cartas de XVII de abril próximo pasado que se ha traducido en lengua española en aquellas partes un libro muy pernicioso y feo que tiene el título siguiente: "Breve y compendiosa institución de la religión cristiana", que hay sospecha que lo tradujo de latín en romance y lo hizo imprimir un español estudiante que estaba en Lovaina que se llama Francisco de Enzinas, natural de Burgos y sobrino del tesorero de la iglesia mayor de la dicha ciudad de Burgos. Y dicen que este Francisco de Enzinas tiene un hermano que se llama Diego de Enzinas y que está de camino para venir a estas partes con 300 o 400 libros de los susodichos, según le habían dicho a la persona que dio el aviso aquí. Y dice que sabe que por esta sospecha algunos parientes del dicho Diego de Enzinas que están en Flandes han escrito al dicho tesorero de Burgos para que tome los dichos libros secretamente y los haga quemar, que el dicho tesorero es buen cristiano
Me río yo del MI6 en comparación con el servicio secreto de la Inquisición.
Te aseguro que ningún explorador actual (si es que los hay) querría haber vivido en aquella época. Y dudo mucho que cualquiera del siglo XX hubiera querido tampoco. La vida era una puta mierda incluso para los ricos.
lapizarradeyuri.blogspot.com/2010/03/el-pasado-era-una-mierda.html
Más allá de vanos idealismos, el pasado era un lugar donde ni tú ni yo querríamos permanecer más de una semana, en plan turista temporal, ni por asomo. Ni por broma, vamos. El pasado era un lugar horrible para vivir, un tiempo de mugre, piojos, dolor de muelas, tiranía, superstición, ignorancia, plagas, niños muertos y mamás adolescentes muertas con ellos. El pasado era una mierda.
Es largo pero merece mucho la pena leerlo para darse cuenta de cómo se vivía en tiempos pasados.