"La historia comenzó el año pasado cuando un turista en las playas de Tenerife no daba crédito a lo que veían sus ojos. La foca nadó cientos de kilómetros de regreso a España. Era una foca de casco (Cystophora cristata), un raro ejemplar de nueve meses de edad, que suele habitar miles de kilómetros más al norte, en las frías costas del Ártico. Un grupo organizó una expedición científica para dirigir a Sahara hacia su lugar de origen..." Sin embargo ella tenía otras intenciones.
|
etiquetas: foca , ártica , calor , sahara