Suele decir el profesor Carlos Rodríguez Braun que “el mejor amigo del hombre no es el perro, sino el chivo expiatorio”. Y este Gobierno parece empeñado en darle la razón. A la postre, después de que el campo haya estallado contra el adicional estrechamiento de sus ya estrechos márgenes de beneficio, el Ejecutivo ha decidido mirar hacia otro lado: hacia unas grandes superficies que supuestamente se estarían forrando pagando precios de miseria a los agricultores que luego inflarían exageradamente en sus ventas a los consumidores.
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Yo viví tres años en Logroño, con la huerta al lado de mi casa, los agricultores tenían puesto en el Mercado Central y controlaban los precios, o sea Intermediarios Zero, y nunca he pagado la verdura tan cara.
Era una mafia de control de precios asquerosa, los no agricultores que tenían tienda les tenían que comprar a ellos, y obviamente, si no querían perder dinero tenían que vender más caro.
Buitres
Un primer acercamiento pasa por establecer un mecanismo de control que asegure un % de beneficios justo a todas las patas de la cadena, limitando y persiguiendo la especulación con elementos de primera necesidad.
Evidentemente llevar esto a la práctica es muy complejo, porque es un problema endémico del sistema en el que vivimos.
PD: Y quien dice marroquí dice chilena, argentina, colombiana...