En 2003, hace ya casi veinte años, empezaron las obras del hotel El Algarrobico a unos 50 metros del mar en Carboneras (Almería), en pleno parque Parque Natural de Cabo de Gata-Níjar. No tardó en sonar el teléfono de José Ignacio Domínguez, un militar y abogado madrileño, de biografía sorprendente y fuerte vínculo con Almería, al que avisaron de la aberración que se fraguaba en una zona de alto valor paisajístico. Desde entonces está empeñado en el derribo de un mamotreto.
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Ahí estamos jodidos, si un juez dice que la manipulación es "burda", el delito queda impune aplicando la doctrina Monasterio de protección del delincuente subnormal.
Es un poco como en Málaga Araijanal, la última playa virgen que queda en la ciudad. Una vez que construyes nunca más lo volverás a recuperar como antes, pero pasa lo de siempre. Puesto de trabajo, dinero, etc. Prefieres un edificio y cobrar IBI antes que protegerlo y ganar dinero como parque natural.
Ahora está de monda en Málaga montar edificios de más de 20 plantas. Conociendo al consistorio, no lo ponen porque está justo delante del aeropuerto, de lo contrario harían uno de 120 plantas.
Luego que confiemos en las instituciones y la judicatura. No saben la vergüenza que dan.O sí porque son y se sienten impunes en sus mangoneos
Ha abandonado el ecolohímmo, ahora es andalusíhta como Lola Flore...
Y antes el PsoE, está claro que el pelotazo es el pelotazo.
Hablando con extranjeros en la zona no entendían por qué el resto de la costa española no era así. Flipaban cuando les decía lo reciente que era la urbanización de la costa
Es decir España tiene cientos de km de playas asfaltadas (a las que si no te gusta el Cabo de Gata, pues ve a las otras), y para una que no, que además es de las pocas en Europa a la que un turista puede venir, le quieren quitar lo que la hace única. Y ya no entramos en el tema ecológico, que es algo que entiende poca gente.
Si los responsables fueran señalados, despojados de su dinero y bienes, ,y metidos en la sombra mínimo 10 años por traidores a la democracia y al país, quizás, podríamos empezar a cambiar algo.