Un grupo de psicólogos de la U. de Stirling halla evidencias de la relación estrecha entre el desarrollo facial y el encefálico. Del mismo modo que muchos de desórdenes psíquicos de origen genético –siendo el más notable entre ellos el Síndrome de Down– se reflejan en la formación de los rasgos faciales, el estudio revela indicios de que el rostro podría aportar información sobre el desarrollo encefálico sano, lo que conduciría a ser capaces de
percibir la psique de alguien. Otros estudios del grupo:
www.alittlelab.stir.ac.uk/pubs.htm 
