El problema de la eficiencia y productividad no se sitúa en el calendario, sino en la pauta horaria anómala que sigue España. Nuestro huso horario no se ajusta a la posición geográfica de la Península. Hasta 1940, España seguía el horario atlántico (una hora menos), como siguen Canarias, Portugal, Gran Bretaña o Marruecos. Galicia está encima de Portugal pero no resta una hora. El dictador Franco es el origen de todo el desajuste horario que sufrimos. Las consecuencias negativas: ineficiencia, conciliación familiar, etc.
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