Billy Ray Harris es un sin techo de Kansas City, Missouri, que se sorprendió al encontrar un anillo de diamantes en su taza de donaciones después de mendigar el viernes pasado. El anillo de compromiso pertenecía a Sarah Darling que lo había perdido al depositar su limosna. En lugar de empeñarlo Billy guardó el anillo y cuando Sarah regresó al lugar se lo devolvió. Para mostrar su agradecimiento, Sarah y su marido abrieron una cuenta en giveforward.com que hasta ahora ha recibido más de 3,800 donaciones y ha recaudado más de 100,000 dólares.
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etiquetas: billy ray harris , sarah darling , anillo , compromiso , kansas
www.youtube.com/watch?v=WtYKBnTGbE4
Aquí el karma no ha fallado: si haces el bien (devolver un anillo) la gente te lo devuelve (sea por moda, por remordimientos, qué mas dará). No sé en qué se lo gastará, pero al menos un par de noches comerá caliente
Puse cartel en el comercio que lo encontré con mi teléfono y diciendo que el que me lo reclamara diera descripción, recibí llamada a las pocas horas y sin duda era la dueña, una señora de unos 50 y largos.
Sinceramente no esperaba ni hubiera aceptado nada de recompensa pero ni me dio las gracias. Me lo quito de las manos como si se lo hubiera robado. Me sentó mal. Si me ocurre la próxima vez hablo un poco antes para ver que no me encuentro con un estúpido antes de devolverlo, si se me pone tonto le digo que lo pondré en objetos perdidos, para que se moleste y vaya y la gente aprenda educación.
Regresé esta semana con un mondadientes que alojé concienzudamente en el botoncico del timbre. Después me fui de allí con una sonrisa y una canción que decía Piiiiiiiiiiiiiiii.....
#14 menuda gilipollas desagradecida
En esta ocasión el indigente da una demostración de honradez. Pero la persona del anillo también demuestra ser una buena persona.
Esta es la basura de sociedad egoísta y maleducada que hemos creado.
#13
#17 Artículo 616.
Si se presentare a tiempo el propietario, estará obligado a abonar, a título de premio, al que hubiese hecho el hallazgo, la décima parte de la suma o del precio de la cosa encontrada. Cuando el valor del hallazgo excediese de 2.000 pesetas, el premio se reducirá a la vigésima parte en cuanto al exceso.
En cambio, si me costara llegar a fin de mes, tuviera una hipoteca, dos hijos, y veo a un ricachón con 4 ferraris que se le cae un sobre con 1000€, quiza no sería tan honrado.
Resumen: los españoles no somos tan tacaños, tan agarrados ni tan idiotas como dices. Por cierto, mi amigo ya lleva leídos diez libros
Gente gilipollas es verdad que hay a patadas, pero yo creo que la mayoría, al menos en esa situación en que te estás comiendo el marrón de buscar al dueño e ir a devolvérsela con la mejor de las intenciones, sabe comportarse. ¿Sabiendo que es de un imbécil? Pues devolver se la devolvería igual, pero desde luego que si después de ir a devolvérsela me da una mala contestación en la mano no se la iba a dar, por lo menos iba a tener que agacharse a recogerla del suelo.
Bueno, pues encontré esa cara y justo estaba intentando pagar explicándole a la cajera su problema. Era una mujer de unos 60 años
Le hice una señal, me acerqué a entregársela y la tía ni me dió las gracias o una sonrisa.
Quizá estaba tan preocupada/frustrada que olvidó estas pequeñas muestras de agradecimiento.
Yo en tu caso, si fuera por el interfono, me hubiera marchado de allí con la cartera antes de que bajara.
En el caso que te cuento, y de haber sabido su reacción, tal vez hubiera actuado como lo hice, más que nada por pena o por pensar que quizá a esta persona le podría parecer difícil pasar de un estado de crisis a uno de alivio.
Hola, he venido a agradecerle a #0 el envío, me ha alegrado la noche, saludos.
Así deberían ser nuestros pobres, así.
En otra ocasión me encontré un movil en el bus. Esperé a que llamase el dueño y le esperé en una de las paradas para entregarselo. El hombre muy agradecido, se ofreció a invitarme a tomar algo. Yo le dije que tenía prisa y no hacía falta.
Como veis, no todas las personas se comportan como energúmenos.
Son noticias basura prediseñadas. La acción de cualquier persona que da un órgano de manera anónima tiene más valor que esa apología de la limosna y la desigualdad.
Un vecino mío se encontró una cartera (vacía) en el portal. La recogió, con toda la buena intención, y se la llevó a su casa para guardársela al dueño. En esto que llegan un grupo de canis-niñatos (una especie muy habitual en mi antiguo barrio), y empiezan a reclamar la cartera piso por piso. Al llegar al de mi vecino, él la devuelve, pero ellos se ponen a recriminarle que tenían 350 euros en ella.
Se arma la de Dios es Cristo. Los canis exigiéndole que devuelva el dinero, amenazándolo con destrozarle el coche. Alguien llama a la policía. Total, que al final, mi vecino les desembolsa los 350 euros por miedo a las amenazas.
A la mañana siguiente, apareció en el buzón de mi vecino un sobre lleno de dinero. Probablemente se lo puso otro vecino, que fue el que se quedó con el dinero. Sólo eran 300, por cierto.
Y bueno, ¿qué viene esto a demostrar? Que ser honrado y buena persona en este mundo las más veces es una mierda. Pero en mi caso, a mí no me da la gana de cumplir con el estereotipo de la picaresca española, aun así. Que me llamen tonto, pero me tranquiliza mucho en mi fuero interno saber que, aunque no tenga casa, dinero o trabajo, al menos, tengo valores.