No es la primera vez, ni será la última, que ciertos medios de comunicación se permiten el lujo de cuestionar la labor de unos profesionales que llevan dos años investigando el que ha sido el mayor atentado terrorista de la historia del continente europeo. Y cuando digo “se permiten el lujo de cuestionar” me refiero a la ligereza y a la falta de rigor periodístico con el que lo hacen.
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