Cuando una persona está afectada por el terrorismo, pero no ha sufrido una muerte, y tampoco ha tenido heridas físicas graves, muchas veces ni siquiera se le ocurre pensar que es una víctima y que hay a su disposición ayudas e indemnizaciones”. Sara Bosch, responsable del área psicológica de la Asociación Catalana de Víctimas, explica por qué existen cientos de víctimas cuyos nombres aparecen en sentencias judiciales pero que nunca llegaron a ser atendidas por la Administración. (Parece que hay asociaciones que sí se preocupan por las víctimas)
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