Tras varios días de protestas a mediados de noviembre, el Líder Supremo de los Ayatollah, Ali Khamenei dio orden de parar las protestas a su gobierno y oficiales. Esa orden ha sido confirmada por tres fuentes diferentes cercanas al círculo de confianza del líder y por un cuarto oficial, y supuso la reacción más sangrienta hacia la población desde las protestas de la Revolución islámica de 1979. Cerca de 1,500 personas habrían sido asesinadas durante las dos semanas de protestas que empezaron el 15 de noviembre.
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