Tengo amigos y colegas que se embarcaron en esa aventura de tener hijos. No es que se les haya dificultado un poco la vida, es que se las cambió totalmente para mal: dedicación extrema, carreras profesionales rotas y con el fuerte avance tecnológico, algunas carreras están rotas, muertas y enterradas. Oportunidades perdidas. Amenazas crecientes. Estrés en su máxima expresión.
¿Hijos? Cuándo tengas una montaña, me quedo corto: más bien una cordillera de montañas llenas de oro, coltán y platino.
Más concretamente, los jóvenes sin dinero. Si eres futbolista profesional y tienes varias decenas de millones de euros en el banco, la media de hijos a los 25 años es de 3,2 según un estudio de la UMCM.
Pues yo maté a todos los habitantes de mis macetas porque soy un desastre. Menos mal que cuidando a mi cachorro humano no lo he hecho tan mal, ha llegado con vida y salud a los 12 años.
Ya me voy
*se dice cultivar plantas.
Es más barato. Punto.
¿Hijos? Cuándo tengas una montaña, me quedo corto: más bien una cordillera de montañas llenas de oro, coltán y platino.
Estaré firmando autógrafos en el Corte Ingles mañana.