La fiscal ha retirado su acusación contra cuatro de ellos tras las declaraciones de los testigos y la exhibición de vídeos en la segunda y última sesión del juicio. El vídeo coincide punto por punto con la versión que ellos dieron durante su declaración y desmiente la versión de algunos policías que declararon este jueves. Según ellos, los dos habían pegados patadas y manotazos, algo que no se ve en ningún momento del vídeo.
|
etiquetas: rodea , congreso , juicio , absueltos 
Los cuatro absueltos son Guillermo Uceda, Jaime Merino, Rocío Ruiz y Javier Ortiz. Estos dos últimos, protagonistas de un vídeo exhibido en la sala y que ha sido definitivo para sus casos concretos.
Rocío y Javier fueron detenidos aquel 14 de diciembre de 2013 en el centro de Madrid. En el vídeo se observa cómo Rocío mantiene una discusión con los agentes desplazados a la zona y cómo tras decirle “hijo de puta” al mando de la unidad, le comunican que está detenida. En ese momento, Javier la abraza para que no se la lleven y también acaba arrestado.
El vídeo coincide punto por punto con la versión que ellos dieron durante su declaración y desmiente la versión de algunos policías que declararon este jueves. Según ellos, los dos habían pegados patadas y manotazos, algo que no se ve en ningún momento del vídeo.
Por eso, el abogado de Rocío y de Javier, ha solicitado una “deducción de testimonio” es decir, que se abra un procedimiento contra tres policías por falso testimonio
Es lo que tiene declarar en falso, que luego todas las demás declaraciones pueden ser falsas.
La ley de la patada en la boca es lo que tiene, porque ha de creerse la versión policial?
Y por eso, amiguitos, hicieron una ley prohibiendo grabar imágenes en las que aparezcan policias
Lo que se hizo fue algo mucho más enrevesado, se prohíbe la difusión de las identidades de la policía (el rostro cuenta).
La policía usa esta prohibición como un medio para atentar contra la libertad de prensa, reteniendo a cualquiera que les grabe y dándoles a elegir entre un proceso acusados de atentar contra su seguridad personal o irse para casa sin el material recién grabado.
Y esto que suena a película, cuando estás encapsulado por una decena de UIPs diciéndote a gritos que si quieres pasar la noche en el calabozo, jugártela a que te partan las cámaras en el traslado y pasar por el calvario de multas (con sus recursos) y/o proceso penal como les dé por ahí, pues mira, es de entender que algunas personas pasen por el aro.
He ahí la verdadera perversión de la ley mordaza. Que es lo suficientemente gris como para que cuele como una ley garantista y constitucional, pero que en los hechos prácticos es un auténtico ataque a los derechos básicos.