Bueno, pues la Iglesia Católica presenta a las partes contratantes un modelo de contrato con validez civil, sin posibilidad de cancelación, con una duración que se alarga durante toda la vida de los contrantes y con una serie de obligaciones… en un idioma que los firmantes no entienden. El modelo de contrato matrimonial de la Iglesia católica está redactado únicamente en latín.
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