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Su director iba para delincuente juvenil, pero un profesor le apadrinó y le introdujo en el mudo de la lectura. En lugar de un criminal, salió un director de cine. De corta vida, porque murió tras solo dos películas en un accidente de la avioneta que pilotaba, pero de gran impacto. Leolo fue una película que marcó a mucha gente. Sin embargo, mientras que en España se la interpretaba en clave de poesía existencial, en su originaria Canadá se veían decenas de guiños al intento de independencia de Quebec en los 80.
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etiquetas: leolo
Una obra maestra, y un maestro que se nos fué pronto.
Jean-Claude Lauzon, 1993
He de decir además en mi defensa que acudí al cine con una admirable buena predisposición. Pero viendo los comentarios, quizá es hora de que intente darle otra oportunidad al film.
Por cierto, acerca de la extraña letanía que no dejaba de repetir(se) el protagonista: «Porque sueño, no lo estoy [loco]», hace poco encontré en un libro de G. K. Chesterton una frase similar, puede que la sacasen de ahí. La frase en cuestión decía: En todas partes vemos hombres que no enloquecen porque sueñan.
Estilísticamente tiene mérito y riesgo, y eso es de valorar, pero a mí me resulta muy poco interesante (aka tostón). En otras palabras, de forma bien pero de fondo un disaster.
Cómo digo puede que dentro de 15 años quizás la vea de otra manera. Veo que coincido con #8
Quizás esté tipo de películas me enfadan porque las juzgo con mayor severidad que a cualquier truño blockbuster mainstream tipo "una rubia muy legal 2".
Edito: maldito autocorrector.
¿Podrías desarrollarlo un poco más? No entiendo qué quieres decir.