En estos días se anuncia el posible cierre de la Librería Verbo, en Sevilla, cuya sede hoy es el antiguo Teatro Imperial. Hace unas semanas bajó también la persiana El Gusanito Lector, una librería que durante años fue un hermoso rincón de pensar del barrio de la calle Feria. Su desaparición sigue a la de otras librerías de la ciudad como Reguera, Caótica, Yerma… Supongo que el fenómeno estará produciéndose en otras muchas ciudades, y ello a pesar de que, desde 2014, no ha dejado de subir el número de libros editados, y de que las cifras de...
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Y de escritores españoles, para qué hablar.. No es dármela de pedante, pero ver a Christian Gálvez o a Sonsoles Ónega (o Matilde Asensi) como líderes de ventas, hace que me sangren los ojos.
En realidad, hoy por hoy, una librería poco aporta. Salvo a libro de segudna vida.
Para eso hay diferentes locales, para que puedas ir al que más se adapte a tus intereses.
He dicho bar, pero en realidad son cafeterías, que a las 21-21:30h cierran. La de los cómics de hecho tendrá licencia de Degustación porque no tienen alcohol.
Los 3 tienen pocas mesas y no suele haber mucha gente. Así que si quieres ir a echar un café tranquilo, sin aglomeraciones donde puedes hablar sin levantar la voz porque hay poco ruido, se agradece. El día que quiera ver y escuchar un concierto, o me voy a un bar de conciertos o a un pabellón donde den conciertos.