Historia, realmente estremecedora, contada en primera persona de la decepción de una joven opositora de secundaria por el comportamiento lamentable del tribunal de oposiciones que discriminaba claramente a la gente por su lugar de nacimiento... Deberiamos todos denunciar estas actitudes de quienes en pleno siglo XXI anteponen el nombre de una ciudad escrito en un carné de identidad a las capacidades de las personas para desempeñar una labor.
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