En mis ya lejanos años escolares, la idea de que la policía tuviera que patrullar por los alrededores de los colegios para prevenir el tráfico de drogas nos habría sonado a ciencia-ficción. Podría asegurar que ni en COU (alumnos de 16-17 años) había un solo fumeta, no digamos camellos. Y no es que faltaran las historias truculentas al estilo "El hombre de los caramelos" (al que por aquellas fechas cantaban Gurruchaga y sus muchachos en su primer álbum con una estupenda letra de Eduardo Haro Ibars), pero digamos que la leyenda, que se remontaba a los años Treinta y la Reefer Madness de Anslinger, no se correspondía con la realidad.
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Niños de hasta 12 años están vendiendo drogas.
· Cada vez son más los preadolescentes que trafican al menudeo o trabajan como ojeadores para los camellos.
· Muchos de ellos dejan de ir al colegio para atender a la clientela
· Muchos son introducidos en el tráfico por algún pariente cercano
· Los adolescentes que viven en zonas donde las drogas son habituales suelen sentir admiración por los camellos, envidian su nivel de ingresos y aspiran a imitarles
· Los camellos adultos están contratando cada vez a más menores para la venta o para "dar el agua", al ser conscientes de que su edad hace más improbable que sean detenidos.
narcoguerrilla.blogspot.com/2005/10/ciudad-de-dios-prximamente-en-los.
Como decía Santayana: "el fanatismo redobla sus esfuerzos cuando pierde de vista el objetivo". Aqui ya hace mucho que hemos perdido el objetivo, la decencia y la cordura.