El otro día se produjo la siguiente conversación entre dos niños de Paterna que apenas sobrepasarían los 12 años: “Pues yo estoy de acuerdo con que la educación sea privada, porque si no los que no tienen dinero también podrán estudiar y nos podrán quitar el trabajo”. Pocas veces me he sorprendido más de la profundidad del análisis que un niño tan joven puede hacer desde un punto de vista de clase, de la clase dominante por supuesto.
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etiquetas: política , lucha de clases , javier parra , educación
Los apaleamientos a sus compañeros el año pasado, las denuncias, los recortes, la situación familiar de paro en que se encuentran muchos de ellos... todo ello ha contribuido a que tengamos una generación de adolescentes implicados en una sociedad que grita la necesidad de cambios.
ostias bien dadasexplicaciones al respecto, seguramente conseguirían hacer de él una persona cabal y puede que hasta buena.<<Javier Parra
El otro día se produjo la siguiente conversación entre dos niños de Paterna que apenas sobrepasarían los 12 años: “Pues yo estoy de acuerdo con que la educación sea privada, porque si no los que no tienen dinero también podrán estudiar y nos podrán quitar el trabajo”. Pocas veces me he sorprendido más de la profundidad del análisis que un niño tan joven puede hacer desde un punto de vista de clase, de la clase dominante por supuesto.
La historia del mundo es la historia de la lucha de clases, y esta lucha no deja al margen a los niños por el hecho de ser niños. Desconozco si esos niños pertenecían a una familia adinerada o simplemente a una familia de clase trabajadora de las pocas que aún no se han visto afectadas por el paro, los recortes y la precariedad. Sea como sea, esa frase es el resultado de una batalla dialéctica, de una batalla ideológica en la que el dominador ha hecho su entrada triunfante en la casa y en la mente de esos niños.
La realidad es que hoy crecen y se educan (o se deseducan) los jóvenes que mañana decidirán el rumbo que debe tomar este país y ese futuro dependerá muy mucho de las herramientas y los espacios que pongamos a su disposición, de la confianza que depositemos en ellos, de los mensajes que reciban, de nuestro ejemplo, y de como con todo ello actúen en el entorno que les ha tocado vivir.
En más de una ocasión he manifestado mi esperanza en las nuevas generaciones de jóvenes, no sólo en los estudiantes universitarios que están plantando batalla y empezando a crecer políticamente de manera muy rápida, sino en los que aún están en el instituto, en los que apenas acaban de salir del colegio. Esos a los que el año pasado apaleaban en Valencia por pedir calefacción, esos que se están generando en un entorno de presión máxima como los diamantes. Esa es la generación decisiva, la de los jóvenes que mañana decidirán si entran o no en el ejército, de si entran o no en la policía. La de los jóvenes que tienen claro que “la clase obrera tiene que organizarse, demostrar que aquí el que realmente tiene el poder es el pueblo, porque la producción de una fábrica no sería posible sin los hombres y mujeres que están produciendo a la vez que les arrebatan sus derechos y su salario, y que a veces tienen que trabajar gratis mientras que el dueño de la fábrica les hace sentir que han de estarle agradecidos porque les está dando trabajo, pero un trabajo precario que hace que los trabajadores no puedan dar de comer a sus hijos y pagar la hipoteca al mismo tiempo”. La de los jóvenes que tienen claro que “para no ser esclavos de sistema tenemos que aprovechar la situación terminal que vive el capitalismo y no dar paso al fascismo. Tenemos que conseguir que la frase Socialismo o Barbarie sea un clamor popular, hacer ver que la única opción posible es construir el socialismo, y eso se hace desde abajo”.
Hay esperanza. Yo la tengo entre otras cosas porque lo entrecomillado de este artículo lo ha escrito otro chaval, esta vez de 16 años, para un trabajo de clase en el Instituto que debía leer ante sus compañeros, también en Paterna. Así sí.>>
Me dá que en España la palabra socialismo está prostituida y los socialistas actuales no tienen nada que ver con el socialismo.
Los fines de estos tres grupos son inconcebibles. Los Altos quieren quedarse donde están. Los Medianos tratan de arrebatarles sus puestos a los Altos. La finalidad de los Bajos, cuando la tienen —porque su principal característica es hallarse aplastados por las exigencias de la vida cotidiana—, consiste en abolir todas las distinciones y crear una sociedad en que todos los hombres sean iguales. Así, vuelve a presentarse continuamente la misma lucha social. Durante largos períodos, parece que los Altos se encuentran muy seguros en su poder, pero siempre llega un momento en que pierden la confianza en sí mismos o se debilita su capacidad para gobernar, o ambas cosas a la vez. Entonces son derrotados por los Medianos, que llevan junto a ellos a los Bajos porque les han asegurado que ellos representan la libertad y la justicia. En cuanto logran sus objetivos, los Medianos abandonan a los Bajos y los relegan a su antigua posición de servidumbre, convirtiéndose ellos en los Altos. Entonces, un grupo de los Medianos se separa de los demás y empiezan a luchar entre ellos. De los tres grupos, solamente los Bajos no logran sus objetivos ni siquiera transitoriamente. Sería exagerado afirmar que en toda la Historia no ha habido progreso material. Aun hoy, en un período de decadencia, el ser humano se encuentra mejor que hace unos cuantos siglos. Pero ninguna reforma ni revolución alguna han conseguido acercarse ni un milímetro a la igualdad humana. Desde el punto de vista de los Bajos, ningún cambio histórico ha significado mucho más que un cambio en el nombre de sus amos.
George Orwell, "1984"
La noticia me ha recordado una anécdota más amable pero que igualmente da que pensar: Hace muchos años (yo diría que unos 20, y las cosas en general y la educación alimentaria y los trastornos asociados a la misma de los adolescentes en general han cambiado un poquito) estaba con una amiga en un Dia, cargando la cesta de chucherías y guarradas varias para pegarnos nuestra merendola típica de los viernes por la tarde: Nocilla, galletas de chocolate tipo Príncipe y porquerías similares, que regábamos con un buen café para celebrar que la semana de instituto había acabado. Íbamos con las manos repletas hacia la caja cuando escuchamos a un niño de unos 3 o 4 años que le decía gritando a su madre: ¡Nooooo, mama, noooo, eso no lo compres que me pongo gordo!
Ahora me río pero se nos quedó una cara...
#13 Lo de Finlandia no es Socialismo, ni existe allí una lucha de clases.
En cualquier caso, eso sí, en el fondo de la cuestión tiene toda la razón, sinceramente.
Un saludo
¿O me vais a decir que a los 12 años teníais las mismas opiniones políticas que hoy día? es más ¿teníais opiniones políticas?
Porque no creo que quieras comparar el que alguien reseñe 2 actitudes interesantes de alumnos, con dar clases adaptadas a tu ideología.
¿O lo que pides es que nadie del PCE pueda dar clase?
PD: palurdos abstenerse. lo que he puesto es una realidad, no mi opinión.
Aunque parezca mentira, sí, algunos teníamos interés por la política a los 12. Probablemente ayudó que crecí rodeado de periódicos y libros.
#38 Eso no son ideas, esos son principios.
#37 Basar un artículo sobre la lucha de clases en base a una conversación sobre dos niños de 12 años, me parece un chiste. Y llamarle profundidad de análisis lo que es la simple lógica de la defensa de los intereses propios desde un punto de vista absolutamente egoista es de traca.
A los niños tenemos la obligación de educarlos. luego el que aprovechen esa educación ya es algo que no podemos forzar.
por otro lado todas las ideologias intentan ser la solucion a la sociedad como predicadores de sectas, pero sus soluciones son sesgadas.
en españa no solo hay un conflicto de clases sino un autentico exterminio, un homicidio economico cuyo arma homicida es la estafa y la corrupcion, el paro , la pobreza y la desidia son solo los sintomas.
Mientras haya gente que se preocupe más por la explotación animal que por la humana sí que no iremos a ningun sitio. No lo digo por ti específicamente, pero conozco gente asi.
Eso de lo que hablas creo que no es lucha de clases.
Si pongo el ejemplo de Finlandia, es porque tienen una educación pública ejemplar, y si tuvieran más escuelas privadas/concertadas no estarían mejor de lo que están ahora, que parece que es lo que no sabe ese niño de 12 años.
Otra cosa es que fueran unas opiniones más cándidas y utópicas que las que tengo ahora, pero eso es la evolución normal. Nadie tiene las mismas ideas políticas inamovibles en toda su vida. Y si las tiene, es que no son opiniones políticas sino adoctrinamiento.
Te concedo que la mayoría a los doce años no sabe ni lo que es un partido político (culpa en gran parte del sistema educativo que estas cosas se las calla), pero no deseches tan rápido que un chaval de 12 años no pueda tener opinión política propia, porque los hay y muchos. ¿O crees que los adolescentes rebeldes que empiezan a movilizarse a los 15/16 es porque se levantan una mañana con iluminación divina?
Respecto al comentario en sí del chico... pues no me sorprende, yo tuve en su día muchas discusiones por estos mismos temas. Tardé en darme cuenta de que si las discusiones nunca llegaban a nada era porque tenía que pelear mis ideologías razonadas contra un muro de adoctrinamiento. Eso sí, creo que conseguí movilizar alguna que otra fibra sensible. Espero que eso que planté en su día, ahora que somos adultos con medios, sirva de algo.
No creo que se quedaran sin limpiar, en ese caso.