Unos 3.500 policías, soldados del Ejército, efectivos antidisturbios y del Ministerio del Interior garantizaron la seguridad durante el primer concierto de Madonna en Moscú, parte de su gira mundial 'Confessions'. Las autoridades de la capital rusa adoptaron unas medidas sin precedentes, debido a las amenazas de la mafia y las críticas vertidas por los integristas ortodoxos contra el primer concierto que ofreció la diva del pop en el país.
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