Escribía Kant en sus Lecciones de ética que “cuanto más ocupados estamos, tanto más vivos nos sentimos, cobrando mayor consciencia de nuestra vida”. Por contra, es sumidos en la ociosidad como experimentamos “únicamente que desperdiciamos la vida”, acusando a la vez “sobremanera la falta de actividad”, pues, en definitiva, el tiempo sólo puede llenarse de hecho con acciones. Sin embargo, podríamos preguntarnos por la validez de esta condena de la ociosidad llevada a cabo por el filósofo de Königsberg, una noción (en su sentido de...).
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De todas formas como hay filosofos para todo y no me convence la critica, negativo por irrelevante, que yo soy filosofo con boina, pero filosofo y sin pretensiones, ni filisoferas ni critucafilosoferas
Cada cual tiene una virtud, cada cual sus defectos y ninguno es dios. Aqui me oarece correcto kant, en otras cosas no tanto
Y eso que como pajilleros mentales de todos los palos ya me sobran, irrelevante
Como lo de "el trabajo es salud" o "el trabajo dignifica" Al carajo todos con vuestras tonterías
El progreso en la Vía Advaita no consiste en acumular conocimientos y experiencias sino, por el contrario, en desapegarse o desprenderse de todo aquello que se considera una adherencia extraña a la verdadera naturaleza del Ser (Espíritu, Sí Mismo, Âtmân). Y hay que advertir que, para el Vedanta Advaita, el organismo que usualmente creemos que somos, es decir, el cuerpo-mente, no es más que una adherencia momentánea y pasajera que no es el Sí Mismo. Cada organismo cuerpo-mente posee unos condicionamientos latentes que han de ser conocidos, reconducidos y, finalmente, sublimados. En la India tales condi- cionamientos o latencias psicomentales son denominados samskâras o vàsanâs, “impregnaciones” o “residuos” que, como hoy diríamos, tienen su origen en la “memoria genética” y en el en- torno cultural. En tanto que nuestros vasanas o deseos latentes no estén debilitados, el organismo cuerpo-mente continuará errante y disperso. Si se trata de que el jinete (nuestra naturaleza real) dome el caballo (vasanas del cuerpo-mente) para que le ayude a desplazarse rápidamente hacia su destino, ¿en qué consiste la doma? Una cosa parece clara; no consiste en forzar o violentar nada. En la India se suele poner el ejemplo de la vaca que se es- capa del establo y se va a pastar a los campos vecinos. Si se la fuerza a permanecer en el establo, volverá a escaparse, pero si se la alimenta con buen pasto, finalmente, se la puede dejar en libertad porque solo querrá el forraje del establo. Similarmente, la mente que está acostumbrada a prestar atención a los objetos ex- ternos debido a la fuerza de los vasanas latentes que se manifiestan como pensamientos, si es educada adecuadamente, acabará por dejar de prestar su atención a Mâyâ y se centrará en el Sí Mismo.
Sri Sankaracharya