De la talla 36 a la 42. O lo que es lo mismo, el camino a la felicidad. Marta empezó trabajando como modelo convencional, sin embargo, la presión de la industria por un canon perfecto le hizo dar el salto al mundo «curvy», donde confiesa ser más feliz. «Cuando tienes una dieta tan restringida, también corres el riesgo de estropearte el metabolismo, que fue lo que me pasó a mí. Me descubrieron un hipotiroidismo subclínico, y empecé a engordar, y dije: ‘Se acabó'».
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Yo sería completamente incapaz de desear a una mujer a la que la ropa insinuase sus huesos y rótulas en lugar de sus atributos femeninos.
Por otra parte, aunque parezca una contradicción también me pone un montón Emma Watson.
Los diseñadores quieren que su ropa destaque, no quien la presenta. Y, ciertamente, en la percha todo queda bien, no marca imperfecciones en el aire. Cuanto más delgada la modelo menos posibilidades de que le quede mal. Es simple mercado. Ninguna paja mental de que, no sé, Carolina Herrera sea mujer en el cuerpo equivocado o no sé muy bien seguir el hilo.
Quieren a las modelos casi-imposiblemente "perfectas" porque así siempre tendrás que seguir comprando más y más para intentar parecerte. Si pusieran el canon de belleza "más fácil", entonces las ventas caerían de inmediato y dejaría de ser un negocio (tan) billonario.
CC #4
Pero ya nos lo mostró PISA, en este país hay cada vez más analfabetos funcionales que leen pero no comprenden. Una lastima.
Joder, qué tontaca es la gente. Esta tía es un pedazo tía pa comérsela.
Como bien dices, en la percha todo queda bien, cuelga recto hacia abajo.