El autor, abogado que en 2011 llevó hasta el Tribunal Constitucional el patronazgo de la Inmaculada Concepción en el Colegio de Abogados de Sevilla, reflexiona sobre actos convocados de nuevo este mes de diciembre en honor de la Patrona de está corporación, la inmaculada concepción.
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etiquetas: religion , abogacía , laicismo
Si tienes la cabeza tan perdida como para pensar que eres hijo de Daenerys, por ejemplo, mejor busca ayuda médica pero a mi me dejas en paz si quiero decir mierda de ella.
Luego dirán que si entran en las iglesias a provocar, que no entren ellos en la casa de los demás primero.
Pues eso.
Que los otros adoren a la guarra inmaculada esa en su casa pero que no se la metan por las narices por el hecho de estar colegiado.
Stalin es un santo a mi lado
No hay más preguntas señoría. Se nota que entre abogados anda el juego.
Incluso diría que cometes herejía al pretender que esa pobre mujer sea madre de alguien más que de ese hijo que tuvo. Serénate, y deja de exacerbarte con fantasías que ni tu mismo compartes.
Pues entonces la insultas tú asociándola "directamente" a esa expresión. Madre no hay más que una, y la debes más respeto de lo que estás demostrando en este hilo.
#17 no, no impongo ninguna creencia a nadie. Yo rezaré cuando quiera y donde quiera y los demás harán lo que quieran, eso es libertad de religión. Negar ese punto, querer prohibir la religión en determinados sitios, es totalitarismo.
Cuando encuentres otro igual de bueno...llama!!
Quien es el totalitarista? Quien quiera su religión, que se la costee de su bolsillo, el mio prefiere que se invierta en algo más provechoso.
Pero yo en sus circunstancias seguro que le daba la vuelta a la tortilla y terminaban siendo los otros los ofendidos. ¡Será por mala leche!
Vamos, un ofendido de la vida.
si tomas en broma mi comentario, te ríes y a otra cosa , si lo tomas en serio y lo referencias al artículo me dices y argumentas de que se queja el pavo y con que razones reales, aparte de darse autobombo para conseguir mas clientes con la publicidad.
Y yo rezaré donde quiera y cuando quiera. En mi casa, en mi trabajo o en la calle.