Los turistas que hayan visitado el Edificio de Exposiciones 2C del Museo del Gran Cañón desde el año 2000 hasta agosto de 2018 han estado expuestos a radiaciones muy superiores a las consideradas seguras. La contaminación provenía de unas muestras de unas rocas que contenían uranio y que se encontraban almacenadas en tres cubos de pintura antiguos, de hecho, uno de los cubos estaba tan lleno que la tapa no llegaba ni a cerrar.
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Tecnología española al rescate
Vale que 18 años son una burrada, pero... #0
Eran piedras de mineral de uranio naturales, cuyo contenido en sustancias radiactivas es mínimo... La única posibilidad de que alguien se hubiera podido siquiera contaminar era hacerlas polvo y empanarse con ellas.
Es decir las dosis que ponen serían a ras de la piedra y siendo muy conservadores con los criterios de seguridad, ha pocos centímetros deja de ser "peligroso" y a más de un metro de los cubos las dosis eran simplemente irrisorias. Solo si algún trabajador lo hubiera usado como silla habría "margen" para la preocupación.
Eso explicaría mi calvicie.
es.wikipedia.org/wiki/Trasplante_de_cabello