El antitaurinismo español se trata de una corriente social y de pensamiento tan antigua como la propia tauromaquia. Su primer vestigio aparece en el siglo XIII con el rey Alfonso X.
#2 Venia a decir lo que #4 , que ahí tenemos los toros ensogados y demás cosas que les hacen en fiestas populares, y no les importó.
Prohibieron las corridas de toros porque huelen a España, igual que prohibirían comer nueces si fuera famoso en el país (por poner un ejemplo tonto). Los animales les dan igual.
Recuerdo de crio colarme con los demás chavales del pueblo en la plaza de toros en el momento que una turba envalentonada acuchillaba a un pobre animal, una de esas situaciones desagradables que nunca llegas a olvidar...
Claro que sí, el rechazo a la Tauromaquia es una moda. Segurísimo que sí. Dentro de poco pasará y se volverán a llenar las plazas de toros de España como a mediados del siglo pasado. Como si lo viera.
En cuanto se extinga la antigua generacion les van a caer palos a la iglesia, a la monarquia y a los toros para regalar.
Esas batallitas tambien se libran desde casa, inculcandoles desde chicos quienes son los malos.
#7#9 de hecho en la antigüedad los toros (en diversas formas) estaban en muchas partes del mediterráneo, la peculiaridad de España es que las otras culturas al ir evolucionando lo han ido dejando pero aquí ocurrió justo al revés, no sólo no lo abandonamos sinó que además lo perfeccionamos y lo hicimos "fiesta nacional"
#13 yo entiendo ambas posturas, y creo que llevas razón en que no son comparables, pero entiendo a #11 y creo que se deberían abolir todo espectáculo con animales porque sufren.
Es una postura complicada, pero entiendo que lo más urgente a abolir son los actos donde sufren físicamente, para posteriormente al cabo de los años terminar abolengo lo otro, ya que como todos sabemos, en la realidad no se cambian cosas de un día para otro, hay muchas cosas detrás (detrás de las fiestas con animales suele haber comercio, que finalmente consigue su pan a base de esas fiestas, así que su prohibición tiene que ser gradual para causar el menor impacto económico posible (soy animalista, pero no salvemos a diez toros en las fiestas de un pueblo si eso significa que cierren cinco bares y diez camareros se vayan al paro, por ejemplo), se hace de forma gradual para que los negocios vayan cerrando progresivamente y las personas ya no hagan nuevas inversiones en ese negocio, así los trabajadores también pueden ir cambiando de trabajo paulatinamente.
#2#4#5 En Cataluña la mayoría está en contra de los correbous, y están prohibidos salvo en unos pocos pueblos de Terres de l'Ebre. Incluso en esos sitios, ya está prohibido hacer daño al animal, así que lo podéis denunciar si tenéis constancia de algun festejo donde se dañe. www.eldiario.es/caballodenietzsche/llegado-momento-prohibir-correbous-
Os recomiendo encarecidamente a todos y a todas un libro de Manuel VIcent, llamado AntiTauromaquia. Y os dejo el primer capítulo, para que veáis, de forma simple y elegante de donde nace la barbarie intentada ser disfrazada de cultura:
Desde que Fernando VII, el felón, cerró la universidad y, para compensar, abrió la Escuela de Tauromaquia, lo españoles se dividen en dos: los que creen que la cultura y el desarrollo de la sensibilidad acabarán un día con la corrida de toros y los que piensan que la fiesta nacional es, en sí misma, una forma de cultura que sintetiza los valores de una raza, una gallarda manera de ser y de enfrentarse a la vida. Para algunos el toreo es una práctica derivada de un mito religioso que todavía conserva parte de su antigua magia, y a la mínima discusión ciertos intelectuales sacan a pastar al buey Apis o se meten en el laberinto de Creta, aquella especie de coso donde el héroe Tesco le pegó unas verónicas al Minotauro como si fuera el diestro Cagancho. En cambio, otros, sin negar el fundamento e importancia del toro en las ceremonias genésicas de la mitología clásica, creen que aquel rito ha perdido la estética y ha quedado reducido hoy a un espectáculo sin sentido, lleno de crueldad, de señoritismo y flamenquería, espejo de miseria social y gloria de almanaque. Sin estética la batalla está perdida.
#12 Y sustituto de la universidad, como cuento en el comentario #16 ... pero más curioso aún es que la primera prohibición explícita taurina de la historia fue en 1567, por la iglesia, sí, por la iglesia, a orden de Pio V declarando prohibidos "por ser estos espectáculos torpes y cruentos muy contrarios a la caridad cristiana", pero duró 10 años, hasta que Felipe II cameló a Gregorio XII para que con la bula "Expone Nobis" lo permitiese de nuevo.
Desde entonces la iglesia entrò en guerra interna con el asunto, hasta que llegó el movimiento regeneracionista de España y puso en primer plano esta controversia. Pero desde entonces, los primeros en prohibir y debatir sobre la crueldad y abolición de los festejos taurinos fue la iglesia
Yo nací en los 70 en Barcelona, y ya en los 80 una de las plazas mas importantes: Las Arenas, cerró porque no iba la cantidad de gente que la hacía rentable, se quedó la Monumental porque era más pequeña. Y hasta que prohibieron los toros iban solo 4 nostálgicos y los turistas que salian horrorizados de aquel lamentable espectáculo...
Si la tauromaquia es moralmente condenable porque consiste en infligir daño a los animales por simple tradición o diversión, entonces también lo sería el resto de la explotación animal. Lo que sucede en la plaza de toros no es esencialmente diferente de lo que sucede en los mataderos. En ambos casos agredimos a los animales innecesariamente; sólo por costumbre y placer.
#5 Puedes estar en contra de estas fiestas por considerarlas maltrato animal, pero en ninguna está permitido lastimar al animal hasta la muerte, o sea que sí, la ley es coherente, se ha prohibido a partir de un punto de maltrato, aunque se podría haber prohibido más.
Que bien saber esto así tengo armas de fuego contra los discursos de los taurinos. "Es una tradición!" "El toro de lidia desaparecería si no se tira al ruedo" bla bla bla! Pero yo también me tengo que poner el punto en la boca. Ser vegano está en mis propósitos del año 2021.
#27 Tampoco se le hiere. solo tortura psicológica. En ese sentido, antes sería más lógico, en orden de prioridades, prohibir hacer fuagrás. De hecho, en Cataluña antes del toreo también se prohibió la tradicionalísima matanza del cerdo, por ser una salvajada.
#25 Necesitamos alimentarnos pero no necesitamos utilizar a los animales para alimentarnos, al igual que tampoco necesitamos utilizarlos para divertirnos. Así que se trata del mismo caso.
#34 No es cuestión de lo que me gusta. El hecho de que seamos omnívoros no nos obliga a comer animales para alimentarnos y gozar de buena salud. Podemos obtener todos los nutrientes a partir de los vegetales.
#36 La definición dice que ser omnívoro es la capacidad de digerir tanto sustancias de origen animal como de origen vegetal, pero no dice que haya una obligación biológica de consumir ambas. Por otra parte, los estudios médicos indican que una dieta vegana bien planificada es apta y saludable para la vida humana: www.cristinasantiago.es/single-post/2016/09/28/dietas-vegetarianas-o-v
www.levante-emv.com/comunitat-valenciana/2020/10/19/toro-embolado-vila
www.abc.es/cultura/abci-mundo-taurino-contra-prohibicion-5514171203001
elpais.com/ccaa/2019/09/27/catalunya/1569610866_060003.html
cronicaglobal.elespanol.com/vida/erc-defiende-correbous-son-sena-ident
www.abc.es/espana/catalunya/abci-generalitat-planeta-prohibir-correbou
etc.
Prohibieron las corridas de toros porque huelen a España, igual que prohibirían comer nueces si fuera famoso en el país (por poner un ejemplo tonto). Los animales les dan igual.
#FreeAssange
Esas batallitas tambien se libran desde casa, inculcandoles desde chicos quienes son los malos.
Puedo entender el sufrimiento de animales para consumo humano, pero no para que cuatro gilipollas se lo pasen bien en las fiestas del pueblo.
Es una postura complicada, pero entiendo que lo más urgente a abolir son los actos donde sufren físicamente, para posteriormente al cabo de los años terminar abolengo lo otro, ya que como todos sabemos, en la realidad no se cambian cosas de un día para otro, hay muchas cosas detrás (detrás de las fiestas con animales suele haber comercio, que finalmente consigue su pan a base de esas fiestas, así que su prohibición tiene que ser gradual para causar el menor impacto económico posible (soy animalista, pero no salvemos a diez toros en las fiestas de un pueblo si eso significa que cierren cinco bares y diez camareros se vayan al paro, por ejemplo), se hace de forma gradual para que los negocios vayan cerrando progresivamente y las personas ya no hagan nuevas inversiones en ese negocio, así los trabajadores también pueden ir cambiando de trabajo paulatinamente.
www.eldiario.es/caballodenietzsche/llegado-momento-prohibir-correbous-
Desde que Fernando VII, el felón, cerró la universidad y, para compensar, abrió la Escuela de Tauromaquia, lo españoles se dividen en dos: los que creen que la cultura y el desarrollo de la sensibilidad acabarán un día con la corrida de toros y los que piensan que la fiesta nacional es, en sí misma, una forma de cultura que sintetiza los valores de una raza, una gallarda manera de ser y de enfrentarse a la vida. Para algunos el toreo es una práctica derivada de un mito religioso que todavía conserva parte de su antigua magia, y a la mínima discusión ciertos intelectuales sacan a pastar al buey Apis o se meten en el laberinto de Creta, aquella especie de coso donde el héroe Tesco le pegó unas verónicas al Minotauro como si fuera el diestro Cagancho. En cambio, otros, sin negar el fundamento e importancia del toro en las ceremonias genésicas de la mitología clásica, creen que aquel rito ha perdido la estética y ha quedado reducido hoy a un espectáculo sin sentido, lleno de crueldad, de señoritismo y flamenquería, espejo de miseria social y gloria de almanaque. Sin estética la batalla está perdida.
Desde entonces la iglesia entrò en guerra interna con el asunto, hasta que llegó el movimiento regeneracionista de España y puso en primer plano esta controversia. Pero desde entonces, los primeros en prohibir y debatir sobre la crueldad y abolición de los festejos taurinos fue la iglesia