"Las que reconocen públicamente que no lo han probado nunca alegan que, por suerte, tienen las necesidades cubiertas con su pareja. Curiosamente, las mujeres felizmente casadas se masturban más (o por lo menos lo confiesan sin ningún pudor) que las solteras (muy pocas se han atrevido a cantar el “yo también me masturbo”). Es como que te rechacen una onza de chocolate porque acaban de comerse un plato de lentejas. El objetivo no es saciar el hambre. Es puro placer."
|
etiquetas: matrimonio , masturbación , tabú