La música y las escuelas

Hoy os quiero realizar un pequeño resumen de la música y su evolución dentro del ámbito educativo reglado. Hablaré de cómo la asignatura de música ha ido evolucionando en las instituciones a lo largo del tiempo en las aulas desde hace unos 200 años.

Siglo XIX, la revolución francesa ha sucedido y su espíritu avanza en mayor o menor medida por España. En 1812 la constitución del momento refleja por primera vez las asignaturas que se impartirán en los centros de educación primaria, en concreto en el artículo 366. La música no se encuentra en esa lista. Hasta entonces, la educación musical se ha realizado en un entorno eclesiástico, en su mayoría. El primer conservatorio español se crea en 1830. 

Encontramos a principios del siglo XIX intentos de incluirla en la educación pública como el de Jovellanos en 1809, pero en horario de tarde y con visión complementaria. La música sigue sin tener un papel reglado en las escuelas. 1857. Entra en vigor la Ley de Instrucción Pública y sigue sin aparecer la música en los centros de forma oficial. No es hasta 1868 que con la Ley Orovio que aparece Canto como la primera materia relacionada con la música. Tras unos meses en funcionamiento, queda derogada el 25 de octubre.  En 1876 se aprueba mediante la Real Orden de 1 de setiembre de 1876 la asignatura de Música y Canto para los estudios de maestro, dentro de la Institución Libre de Enseñanza, pasando a ser obligatorios a todos los aspirantes a maestro en 1878. 

Un momento clave para la música en los centros educativos primarios llega a finales del s.XIX con El reglamento de las Escuelas Graduadas Anejas a las Normales de Maestros y Maestrascon el artículo 28, donde aparece que los maestros de música colaborarán en la enseñanza de cantos sencillos en todas las secciones de las escuelas graduadas. 

Llegamos al s.XX y aparece un movimiento que pretende equiparar la educación española con Europa: la Escuela Nueva. Montessori es, entre otras, una de las pedagogas que más influirá esta etapa. La música sigue sin ser considerada una materia fundamental dentro del currículum de enseñanza, sino un complemento como venía siendo hasta ahora, con finalidades patrióticas o religiosas. Entre 1901 y 1931 sigue esta senda, con pocas variaciones.

Con la llegada de la II República, empezamos a ver como la Música y Canto aparecen como materias diferenciadas en la reforma de 1931. Aparece el estudio de elementos del Lenguaje Musical, así como la rítmica y el canto, con una intencionalidad de educar el sentimiento artístico del alumno. A la par, los maestros ganan conocimientos musicales gracias al Plan Profesional de 1931 ya que incluye el estudio del canto y la música entre los conocimientos a adquirir por parte de estos.

En 1939 empieza el régimen Franquista, se pasa a considerar la música como un medio y recurso para impartir la ideología franquista y moldear. La canción popular es uno de los medios más usados. La Sección Femenina de la Falange fue una de las encargadas de este aspecto. La Ley de Ordenación de la Enseñanza Media de 1945 incluye la música dentro de las Materias Artísticas y se usaba como complemento a lo dicho anteriormente. En 1953, la reforma lleva a cabo enmarca la música dentro de “Enseñanzas para el Hogar”. Sigue sin tener una importancia básica durante el franquismo más allá de su uso para adoctrinar a la población. EN 1970 llega la Ley General de Educación. Por primera vez, la música aparece como materia que se imparte durante toda la escolarización. Este hecho hizo que se consiguiera una alfabetización musical verdadera, con el estudio de obras populares o clásicas, así como considerarse como un medio de cultivar sensibilidad y promover la expresión de sentimientos y vivencias personales. 

Llegamos al final de la transición y la LODE (1985) y LOGSE (1990) son las dos primeras leyes educativas realizadas en democracia. Se implanta en educación obligatoria el estudio de la música y se plantea por primera vez que el niño y la niña ha de participar en actividades musicales, escucha activa y producción o interpretación propia, con la música como fuente de experiencia gozosa. Y aparece el especialista, quien se encarga de la enseñanza de la materia. Es en este momento en que la música goza de mayor salud dentro de las instituciones.

Entramos en el s. XXI con la LOCE (2002) Y LOMCE (2013). Es en estas leyes educativas que la música empieza a mostrar una regresión en importancia: se le restan horas lectivas y se elimina la visión del alumno como ente a desarrollarse y pasa a ser un mero elemento mercantil (sobretodo en la LOMCE). Eso lleva a que la música pase a convertirse en un mero elemento decorativo en detenimiento de los saberes instrumentales, así como perder la categoría de asignatura propia, al incluir su calificación en Educación Artística, junto a Educación Plástica.

En conclusión, la música ha perdido parte del peso que ganó a principio del s. XX y vuelve a considerarse como un mero añadido a la educación del alumno en aspectos igual de importantes que conocimientos científicos o lingüísticos.

Y para finalizar, agradecer vuestro tiempo y atención.