Y la música dejó de sonar. La cultura también se ha visto gravemente afectada por la pandemia del coronavirus. La cara más visible de este frenazo somos los artistas que compartimos nuestras impresiones, subimos los carteles de cancelación y hacemos directos en Instagram para amenizar el confinamiento o, por qué no decirlo, seguir vendiendo nuestro producto desde otra ventana. Pero detrás del músico hay muchas personas que trabajan en este mundillo y que también han visto cómo su futuro más cercano se tambalea.
|
etiquetas: música
Lo mio ya es curioso, a finales del año pasado me plantée que debía salir más de casa y asistir a más conciertos, busqué los que había en aquel momento (noviembre-diciembre) que me interesaran, uno estaba ya lleno, otro compré la entrada, concierto anulado en el último momento por enfermedad de la cantante. Con ganas de concierto vi lo que había este año y me compré entradas para 4, pensando añadir más a la lista, dos ya han sido anulados, veamos que ocurre con Iron Maiden en julio, y si acaso puede que en noviembre pueda ver a Nightwish...
Pero ¿y los bares? Si el confinamiento dura mucho la gente va a salir con unas ganas tremendas de fiesta (los habrá que tengan miedo y guarden las precauciones, que es lo que habría que hacer) pero con el fin del confinamiento se va a montar una fiesta gorda gorda, que podrá causar un pico importante de contagios, por lo que pienso que esto va para muy largo, salvo que a los gobiernos se les ocurra como hacerlo de manera escalonada.
Los bares aún se podrán controlar pero la fiesta en la calle, más en verano...
Salu2