La dirección de Nissan Motor Ibérica ha colocado entre la espada y la pared a muchos de los mandos intermedios de su planta de Barcelona. Sobre la mesa les ha puesto una oferta para que acepten un traslado durante dos años a Tánger, donde la multinacional japonesa pondrá en marcha durante 2009 su nueva fábrica. La oferta es sólo para voluntarios, pero en caso de no aceptarla muchos podrían quedar incluidos en los 1.680 despidos que Nissan quiere hacer de forma inmediata en la Ciudad Condal.
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