Desde que escribo en medios sobre machismo y feminismo me he agenciado una buena cantidad de enemigos —mayoría aplastante de hombres— que me acusan de odiarlos por el simple hecho de ser hombres, que piden perdón de forma burlona por tener pene, que me acusan de ver machismo en todos sitios —como si no hubiera machismo en todos sitios—. Yo no odio a los hombres por ser hombres.
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etiquetas: yo no odio , hombres , machismo , feminismo , barbijaputa
¿? De que año has venido a España en tu Delorean?
"No he aprendido a odiar a los hombres. He desaprendido a amar a cualquiera."
Esta es la frase final y colofón. Menuda mierda, me inspira tanto como leer frases de Paulo Coelho mientras me tomo un café con leche y me fumo un fortuna.
Votaria irrelevante, aunque:
- Creo que lo mejor es que la gente comente su mierda de artículo para que le dejen de pagar por escribir mierdas en contra de los hombres.
- Lo que estoy deseando es que se transmute en nuestro Ministro de Igualdad y le caiga una denuncia falsa por nacer con genitales externos.
Ya se le pasará, probablemente antes si tiene un hijo varón.
Le aconsejo que se aleje de esos ambientes y baje a la tierra.
Cristina de Suecia (Estocolmo, 8 de diciembre de 1626 – Roma, 19 de abril de 1689) fue Reina de Suecia (1632-1654), Duquesa de Bremen y Princesa de Verden (1648-1654). Hija de Gustavo II Adolfo y de María Leonor de Brandeburgo. Protectora de las artes y mecenas, abdicó del trono de Suecia en 1654. Protestante de nacimiento, se convirtió al catolicismo el mismo año. Murió en Roma a los 62 años.
A esta señorita le pareció que, sencillamente, la autora es una de tantas «mujeres machistas que no ven el machismo: las hay. Y?».
La sentencia definitiva de mi machirulismo llegó con este enlace, la autora es una intelectual anarquista feminista de larga trayectoria: www.miseshispano.org/2015/01/una-defensa-feminista-de-los-derechos-de-
Como ella, como todos, yo también tengo un bagaje, y no es la primera vez que me encuentro con personajes como ella: «conmigo o contra mí», y no se te ocurra hacerme ver las contradicciones de mis argumentos —si es que me digno permitirte que siquiera los cuestiones— porque te odiaré; por machista, desde luego. Por no hablar de los prejuicios sexistas por los que más de una vez ya ha metido la pata, por algo tan simple como no respetar la presunción de inocencia aunque se tratase de una presunta violación (bochornosa fue, por ejemplo, su «retransmisión» a lo feminista de aquél caso en una feria en ¿Málaga? en el que cuatro o cinco chicos fueron acusados de violación y resultó que no, que menos mal que habían grabado la fiesta). Dice que no odia a los hombres, pero sí los odia, ella misma lo dice: «El feminismo no me ha enseñado a odiar a los hombres. Me ha enseñado a sólo amar a los que empatizan conmigo». Lo que ella entiende por empatizar, por supuesto. Pero no esperéis que ella empatice con vosotros. Ni hablar de preguntarse por qué piensas o comentas algo que a ella la exalta.
Y, por cierto, todo eso que dice que le ha dado el feminismo, se lo ha dado la sociedad que dice que es tan machista, y los hombres que no hemos necesitado que nos ajusticien para entender la igualdad y la equidad mucho mejor que feministas de su cuerda.
Las feministas como ella, si hiciesen el ejercicio de pensar y valorar a los demás como personas personas y no según su sexo, se darían cuenta de lo que muchos y muchas nos hemos dado cuenta hace tiempo.
¡Ánimo!
Creo que esto hace que les escuche menos gente de la que debería y que en seguida se las tache de feminazis etc., aunque también creo que es cierto que a veces sacan algunas cosas de quicio a partir del más inocente comentario.