La violenta erupción de un volcán a principios del siglo XX podría ayudar a los científicos a explicar los cambios climatológicos actuales. En junio de 1912, el Novarupta entró en erupción y dio origen a una de las mayores explosiones del siglo XX. Fue tan potente que incluso "robó" magma de otro volcán situado a nueve kilómetros al Este, provocando que su cumbre colapsara formando una caldera de casi ochocientos metros de profundidad. No tuvo mucha repercusión en su época debido a que se trataba de un área muy alejada del mundo angloparlante.
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