"Vivimos la cristianofobia del laicismo beligerante y la barata facilidad con la que la Iglesia es sometida a befa y mofa". Con estas palabras, el arzobispo de Oviedo, Jesús Sanz, respondía ayer a la nueva política de puentes tendidos promovida por el ministro de la Presidencia, Ramón Jáuregui. A estas declaraciones se unen las de Antonio Cañizares y el propio Rouco, quien en la Vigilia de la Inmaculada volvió a arremeter contra el "anticlericalismo y secularismo agresivo" que, en su opinión, se vive en nuestro país.
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Pues por mi experiencia, tan solo hay de eso cuando la iglesia toca los cojones. Mientras tanto, cuando están con sus ritos a lo suyo sin molestar a los que no queremos entrar en ese sectarismo, no he visto nunca nada parecido.
Anticlericalismo: que se opone a la injerencia de un credo en los auntos políticos.
Todos somos anticlericalistas; algunos de ante cualquier confesión y otros, ante cualquier confesión que no sea la suya
Un estado democrático, libre y que respete los derechos humanos, es anticlericalista. ¿Que les molesta perder poder? lógico. Pero les toca aguantarse.
Es un poco como cuando un "artista" te llama "pirata" y "ladrón" a la puta cara. Que desde ese momento no compras un disco de él ni loco. Pues eso.
Es increíble que unos tipos más privilegiados que los controladores, currando mucho menos, tengan los santos cojones de insultar a quienes nos vemos obligados a pagarles chiringuitos ridículos como el arzobispado castrense y a perdonar impuestos de negocios como las universidades o clínicas privadas católicas
Las palabras del señor Jauregui eran lo mas blando del mundo, hasta el punto de proponer que la ICAR tambien fuera interlocutora en la ley de muerte digna (cosa innecesaria, la ICAR podrá decirle a sus sectarios lo que deben hacer con su vida, pero desde luego no tiene por qué intervenir en la redacción de legislación de un estado democrático) y estos payasos salen por enésima vez a correr en circulos con los brazos en alto y a clamar por la cristofobia.
#18
Criptofascista y cristofascista son dos palabras distintas. El criptofascismo es un fascismo oculto y el cristofascismo es el fascismo religioso de corte cristiano.
Luego se preguntan por qué resultan tan decididamente ridículos a una parte de la sociedad.