¿Puede la literatura para chicos producir una obra maestra? Puede: es lo que suele decirse de El Principito y también de Alicia en el país de las maravillas. Es más difícil que se diga de una historieta y menos de Tintín, el reportero creado por Hergé, sobre el que pesan sospechas de antisemitismo, racismo o misoginia. De hecho, en el actual clima de barbarie moralista y persecución ideológica es verosímil que Tintín sea cancelado muy pronto; razón de más para celebrar, mientras todavía es posible, la obra maestra que es Tintín en el Tibet.
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etiquetas: tintín , hergé , cómic
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Nunca fue de mis favoritos
Adiós, my job here is done.
La censura viene existiendo desde que el mundo es mundo y siempre ha sido la herramienta básica de adoctrinamiento para las corrientes moralistas que imperan en un momento o lugar determinados de la historia.
Durante siglos la moral era dictada supuestamente por los dioses, ahora por las corrientes ideológicas que tengan más auge.
Creo que, en general, tienen bastante éxito por el hecho de que, a pesar de que el supuesto fin de toda ideología es el bien común, su implementación consiste en el ataque sistemático a los "infieles". Y eso es algo que satisface mucho el ego humano, sentirse con la superioridad moral que le permita imponerse al prójimo, de corregirle e incluso de castigarle si se considera preciso.
Volviendo al tema, a mí "Tintín" siempre me ha aburrido un poco. Era más de "Asterix".
«Mi ingenuidad de aquella época rozaba la necedad, podríamos decir que incluso la estupidez». (Hergé)
También es mi favorito, precisamente por eso. Hergé demostró que no todo tenía que ser exotismo, viajes y aventuras, que podía hacer humor e investigación sin necesidad de que sus personajes salieran de casa. Cuando el tiíto Archi se entera de su pretendida boda con la Castafiore, a mí me daba algo de risa, pero es que ese álbum es la carcajada pura. Yo sigo pensando que Hergé lo hizo simplemente para divertirse, para desmarcarse del cómic de "aventura" que hasta entonces había hecho, y experimentar a ver qué pasaba si unía a todos sus personajes cómicos en una olla y los hervía. Y el resultado fue genial. Como adoratriz del humor, ese álbum siempre será mi favorito, por mucho que me gusten todas las aventuras tintinescas.
—¡Ya está! Oootra vez que no sabe dónde ha metido la quincallería.