Un proyecto de trasvase condena al río Castril a la desaparición. El Parlamento Europeo ha tomado cartas en el asunto ya que el proyecto incumple varias directivas europeas sobre el agua, el medio ambiente y el hábitat. Las poblaciones de su ribera y de otros puntos de el país se han opuesto al proyecto y se plantea otro alternativo que tome el agua a su desembocadura en el pantano del Negratín. Dicha alternativa supone una reducción considerable del impacto medio ambiental y de los costes de la inversión de 23 millones a 11,8 millones de euros
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