La campaña Kiss & Go pasa desapercibida en Torrelavega porque los padres consideran que la zona permitida para parar el coche está «lejos» del colegio. Un clásico cada mañana al dejar a los más pequeños en el cole: coches en doble o triple fila, sobre la acera, sobre el paso de cebra... Y lo mismo ocurre a la hora de la salida para recoger a los niños. «Todos los días hay coches mal aparcados, y los días de lluvia -como ayer- esto es un caos», se queja un conductor. «Yo vivo a ocho kiló
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jodemolesta no es que se moje el crió, sino que se moja el padreLo peor es no es un caso aislado, gente así la veo a diario.
No se que pasa con la sobreprotección que niños y adolescentes no pueden utilizar el transporte público, andar, ir en bici o lo que sea. Y en la universidad igual todos los días se forman en mi ciudad atascos kilométricos porque todos los universitarios van en coche.
Tendríamos que hacer campañas y desincentivar el uso del vehículo privado para ir al cole, instituto y universidad.
los paraguas se parecen tanto a las espadas que la directora del colegio le manda una nota a los padres para que no los lleváramos
Tenía 10' de camino, y ya podían caer chuzos de punta, que al colegio se iba y punto. Más tarde, en el instituto, más de lo mismo. y fui 3 años a un instituto, luego me cambié a otro que estaba en la otra punta de la ciudad, y tenía que coger el autobús urbano una hora antes para llegar.
Nos estamos volviendo gilipollas
Habré llegado yo pocas veces empapado a casa de pequeño, incluso llevando paraguas (pero cerrado).
O jugado al fútbol en la calle (en mitad de la vía, por donde circulan los coches) incluso mientras diluviaba.
Ya no hacen padres como los de antes.
Pues por esa carretera se iba mi cuñada años ha todos los días coger el bus para ir al instituto y por ese camino volvía, fuera invierno, lloviera o hiciera sol. Y no pasaba nada. Bueno, a lo mejor que cuando llegaba a casa ya se había duchado por el camino si llovía.
En unos días ya se amortizaba el desarrollo y despliegue de la aplicación, en las primeras semanas ya irían viendo las orejas al lobo los incívicos a base de multas, y tras los primeros meses habríamos alcanzado un nivel de empatía en la conducción digno de un país avanzado, con todo el mundo conduciendo y comportándose de manera impecable.
Si quieren aparcar bien que los lleven a Mogro, al Torrevelo