Parece que el glifosato de Monsanto tiene más toxicidad y estrogenicidad de lo que se creía. La Agencia de Protección Ambiental (EPA) de Estados Unidos ha determinado que varias especies de plantas y el sapo de Houston están en peligro de extinción por la dispersión en el ambiente del herbicida, comercializado por Monsanto como Roundup. En Australia, las instrucciones de empleo ya advierten de que la mayoría de las formulaciones de glifosato no deben usarse en el agua o cerca de ella debido a sus efectos tóxicos sobre renacuajos y ranas.
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