Los casos de 'influencers' infantiles inspiran a novelistas pero siguen sin poder escapar del debate de la vulneración de los derechos de los menores y del riesgo de la sobreexposición en redes
#3 Teniendo en cuenta que es una generalización y que obviamente los habrá muy espabilaos, no todos son gilipollas, al contrario que sus padres.
Si dejo que mi hijo se convierta en un gilipollas que tiene influencia por hacer gilipolleces y no procuro educarle para que cuando se le acabe el chollo no sea un simple que sólo sabe hacer gilipolleces, lo raro es que no salga un gilipollas.
No suele salir bien un niño que deja demasiado pronto su infancia, ha pasado en los circos, en las teles y en el cine. Implicarse durante muchas horas en la creación de contenido de dudosa calidad intelectual, es un caldo de cultivo perfecto para gilipollas, sobre todo si sus padres son tan gilipollas de pensar que exponerles públicamente y cargarles de toda esa presión social por dedicarle tiempo a hacer gilipolleces, les va a prometer un futuro digno y unas herramientas intelectuales que les permitan evolucionar y desarrollarse.
Juguetes rotos los ha habido toda la vida, lo raro es que no sean gilipollas, que también los hay.
Sinceramente, he visto cosas tan decadentes que no sé cómo sus padres pueden dormir por las noches.
#7 Totalmente de acuerdo, pero no intentes explicarle a un gilipollas por qué es gilipollas porque es una paradoja en el espacio-tiempo que sólo te llevará a perder tiempo. Por experiencia te lo digo.
Alguien que no tiene con qué comparar te dirá que un Youtuber es un artista. E incluso te dirá que es más profesional que un periodista, etc.
Yo creo que la gente no comprende que, cuando hablamos de youtubers, hablamos de esos payasos cuya "obra" son bromas telefónicas o gilipolleces varias y que Google gana dinero con eso, desplazando a auténticos generadores de contenido de calidad, objetivo, intelectual, etc.
Que oye, es muy lícito ser entretenedor, pero por favor, que se explique que es eso: mayoría de gente haciendo el payaso porque no tiene nada mejor que ofrecer y es lo más barato de hacer.
Pues unos serán olvidados, otros aprovecharán la gama que sus padres han conseguido para ellos y harán otro tipo de contenido que les de buenos dineros y otros movidos por el dinero fácil en la adolescencia se abandonaran a una vida de sexo, drogas y lujos y sus malas decisiones harán que acaben arruinados... Lo que ha ocurrido toda la puta vida...
#12 Proveer entretenimiento... qué oficio más deplorable.
Sólo pensar en todos esos gilipollas que cantan, actúan, escriben, teatro, cine, libros... todos gilipollas intentando entretener. Haciendo el payaso porque no tienen nada mejor que ofrecer.
#21 No, el problema es que no se sepa diferenciar entre gilipollas que creen saber cantar, actúar, escribir, etc y profesionales de esos sectores. Pero principalmente, el problema gigantesco es los miles de gilipollas que no saben diferenciar entre unos y otros y creen que es lo mismo.
#21 Hasta para ser un buen payaso hay que valer, es una profesión muy digna.
Pero comparar a la inmensa mayoría de youtubers, que mayormente ofrecen mierda, con un escritor o un cantante... Pues como que es mucho comparar.
#25#24 Pues como comparar a una inmensa mayoría de escritores, o ¿es que son todos buenos? ¿Hace eso que los escritores malos sean gilipollas también? ¿Es que todos los directores son buenos? ¿O guionistas? ¿O ...?
Hay algún subnormal profundo, como en todas las profesiones. Los hay mejores y peores, como en todas las profesiones. Y eso no convierte a nadie en gilipollas.
#23 Como sociedad tenemos una gran importancia en el desarrollo de los niños, y también de los adultos. Tantas personas viendo Tele5 nos perjudica a todos.
Si dejo que mi hijo se convierta en un gilipollas que tiene influencia por hacer gilipolleces y no procuro educarle para que cuando se le acabe el chollo no sea un simple que sólo sabe hacer gilipolleces, lo raro es que no salga un gilipollas.
No suele salir bien un niño que deja demasiado pronto su infancia, ha pasado en los circos, en las teles y en el cine. Implicarse durante muchas horas en la creación de contenido de dudosa calidad intelectual, es un caldo de cultivo perfecto para gilipollas, sobre todo si sus padres son tan gilipollas de pensar que exponerles públicamente y cargarles de toda esa presión social por dedicarle tiempo a hacer gilipolleces, les va a prometer un futuro digno y unas herramientas intelectuales que les permitan evolucionar y desarrollarse.
Juguetes rotos los ha habido toda la vida, lo raro es que no sean gilipollas, que también los hay.
Sinceramente, he visto cosas tan decadentes que no sé cómo sus padres pueden dormir por las noches.
Molesten las disculpas.
De hecho, lo primero que hice fue menear el envío, lo que pasa que a titulares con preguntas, comentarios con respuestas.
El caso es que al lobby TV no le gusta la competencia y se queja de que otros hagan lo mismo sin su control.
Básicamente se reduce, ese dinero es mío.
Alguien que no tiene con qué comparar te dirá que un Youtuber es un artista. E incluso te dirá que es más profesional que un periodista, etc.
Yo creo que la gente no comprende que, cuando hablamos de youtubers, hablamos de esos payasos cuya "obra" son bromas telefónicas o gilipolleces varias y que Google gana dinero con eso, desplazando a auténticos generadores de contenido de calidad, objetivo, intelectual, etc.
Que oye, es muy lícito ser entretenedor, pero por favor, que se explique que es eso: mayoría de gente haciendo el payaso porque no tiene nada mejor que ofrecer y es lo más barato de hacer.
Sólo pensar en todos esos gilipollas que cantan, actúan, escriben, teatro, cine, libros... todos gilipollas intentando entretener. Haciendo el payaso porque no tienen nada mejor que ofrecer.
Pero comparar a la inmensa mayoría de youtubers, que mayormente ofrecen mierda, con un escritor o un cantante... Pues como que es mucho comparar.
Hay algún subnormal profundo, como en todas las profesiones. Los hay mejores y peores, como en todas las profesiones. Y eso no convierte a nadie en gilipollas.