Decenas de miles de personas se manifestaron en toda Siria en el primer viernes del Ramadán, el mes de ayuno musulmán, desafiando la sangrienta represión del presidente Bashar el Asad contra la revuelta, mientras sus tanques volvían a atacar Hama y se reunían en otra ciudad. Se teme que suba la cifra estimada de 135 muertos desde el domingo. "¡No tenemos miedo, Dios está con nosotros!", gritaron los manifestantes. "Sirios, levantad la mano, no queremos a Bashar", exclamaron, en imágenes transmitidas por el canal Al Jazira.
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