Las revistas científicas suelen ser caras, a veces carísimas. Esto no lo puede pagar todo el mundo, obviamente, con lo que se crea un abismo entre los países con dinero abundante y los demás. Hacer ciencia no es necesariamente caro pero sí es imperativo tener acceso a la bibliografía en cada área. La solución ha sido, al menos para mí, una sorpresa y se llama OARE: creado para permitir el acceso gratuito a unas 1000 publicaciones científicas desde un conjunto de países con muy bajo PIB per capita (<$1000).
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