UN RAYO mató a dos músicos y dañó a tres más que se encontraban debajo de un árbol durante un entierro en la ciudad holandesa del este de Vorden. Lo irónico de la fatalidad es que se encontraban tocando la marcha fúnebre durante un entierro. Una de las víctimas murió inmediatamente, mientras que la otra logró ser reanimada, pero murió poco tiempo después.
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