Este mercado había quedado reservado a los estudiantes de paso, las víctimas de divorcios cruentos e inmigrantes de primera estancia. Pero el desempleo y también la desconfianza del propio sector inmobiliario –las garantías exigidas para el inquilinato son cada vez más difíciles de salvar– han expulsado del mercado regular a los más modestos recluyéndolos al espacio exiguo de una habitación donde se desarrolla toda la vida íntima de estas familias. Las consecuencias vitales de estas circunstancias pueden ser funestas a largo plazo.
|
etiquetas: realquiler , habitaciones , familias , inquilino