Concha Pinòs, cooperante catalana de la ONG Birmania por la Paz, logró meterse detrás de las líneas de control de la Junta Militar Birmana. Allí pasó 3 días sorteando controles militares (y espías), cadávares por doquier, gente desplazada y totalmente desesperada y presenciando lo que cada día se acerca más a un genocidio por la (in)acción del Gobierno que no sólo no ha hecho nada para ayudar a los birmanos afectados sino que aún prohíbe el trabajo de las ONGs
|
etiquetas: birmania , tifon , desastre , genocidio , reportaje